ZAPATERO

A raiz de las declaraciones del señor Soria acerca de la necesaria intervención de Zapatero en las últimas desapariciones de niños en las islas, se han alzado algunas voces en contra de tamaña barbaridad. Me parecen pocas manifestaciones en razón del tremendo despropósito. Tanto los medios de comunicación tradicionales como internet deberían haberse inundado de rechazos sobre esta aseveración. Cómo es posible que una persona que lleva tantos años en la política no haya recibido de su partido unas directivas de ética necesarias para desenvolverse en el ambito de las relaciones publicas. Si este caballero hacía las declaraciones a nivel personal debería dimitir inmediatamente de su cargo, porque no creo que nadie en su sano juicio apoye dichas afirmaciones independientemente del partido politico al que sea afín. Si las declaraciones se han realizado en representación del partido, espero una disculpa vehemente de la cúpula del partido en los medios de comunicación suficientes.
Y ya que estamos podemos culpar a Zapatero de la súbida de la cesta de la compra, de la especulación inmobiliaria, de la subida de la gasolina, del índice del paro, del bloqueo a Cuba, del hambre en África, de la desaparición de Jimmy Hoffa y del asesinato de Kennedy.

LA LECTURA

Estoy en la consulta del médico de cabecera; nada grave, tan solo un dolor de espalda, una lumbalgia. No hay muchas personas, desde donde estoy puedo ver a media docena. Dos haciendo algo con el móvil, un hombre permanece con las llaves del coche en la mano, quizás impaciente por irse, entabla conversación con una joven que acaba de llegar; otro lleva puesto un auricular, imagino escuchando música. Nadie lee.
¿Cuándo se ha perdido el hábito de leer? Cuando yo era joven tuve la suerte de disponer de lectura, ya que mi hermana trabajaba en una librería, que era de mi padre; ahora ya le queda poco para jubilarse. Toda una vida dedicada a ella. Gracias a esa lectura infantil y juvenil, más adelante me recorrí unas cuantas bibliotecas, extrayendo libros de aquí y de allá. Realizando consultas durante las carreras, y explorando los fondos en busca de algún libro poco leído (soy acuario, qué se le va a hacer).
Hoy en día una habitación de mi casa es una biblioteca, aunque le llamamos el estudio. Mis hijos todavía no saben leer (ya tengo ganas), pero aún así ya disponen de una buena colección de cuentos-40 ó 50-. Prácticamente todas las semanas acudimos a la biblioteca para sacar unos cuantos cuentos, y también, como no, algún video. Lo de menos son los 1400 ó 1500 libros que podamos tener en casa, no hace falta hacer acopio; con ir a la biblioteca más próxima y sacar en préstamo unos libros ya basta.
Desde bien pequeños hay que inculcarles el hábito de leer, leer con ellos, leer sin ellos; es igual el tema que elijamos para nosotros, no importa el formato, pero que nuestros hijos nos vean leer. La lectura es además algo que se puede compartir. Reunirse después de cenar, aunque sólo sean diez minutos y leer en voz alta un cuento, algo de poesía, un capítulo de un libro; no importa. Es un momento mágico que seguramente nuestros hijos recordarán toda la vida. Un buen legado.

LA FELICIDAD

Cuantos de nosotros nos planteamos si realmente somos felices, y con que frecuencia. Poco se habla de la felicidad verdadera como algo a lo que se aspira, algo que se anhela. Procuramos un bienestar (la sociedad del bienestar), una serie de placeres, una comodidad, incluso un laissez faire, un vivir sin trabajar.
Hemos llegado a un punto de crecimiento 0, no se procura el desarrollo personal. El dinero, la vida fácil, la inactividad cobran cada día más fuerza entre los jóvenes, que no buscan la felicidad a través de las posibilidades de que disponen sinó que intentan por todos los medios conseguir extrapolarse de la vida cotidiana, desde niños mediante los videojuegos, mas adelante con los chats, en los que no se vive una vida verdadera, y por último se intenta buscar el dinero fácil con los concursos, el deporte, la música, olvidándose de que hay una vida ahí fuera que merece la pena ser vivida. No quiero menospreciar el deporte o la música; pero no me gusta ver a niños de 5 ó y 6 años jugando a futbol, porque sus padres confían en salir de pobres gracias al éxito de sus hijos; y digo lo mismo de las gimnastas o los nadadores, o los niños cantantes o las bailaoras.
Dejad que los niños sean niños, por favor.

ELECCIONES

A vueltas con las elecciones nos encontramos con el mismo panorama de siempre, supongo que hay una serie de votantes-los de más edad- que ya tenemos formado nuestro criterio y que mucho deben cambiar las cosas para que también cambie nuestro partido por una u otra fuerza; y están los denominados indecisos, que no saben muy bien a que atenerse, seguramente porque-como nos pasa a la gran mayoría- desconocen el ingente cúmulo de propuestas de cada partido para la próxima legislatura.
El nivel cultural del país-del mundo en general, a razón de algunos videos que he visionado últimamente- ha bajado en relación con el nivel cultural que tenía la sociedad hace 20 ó 30 años- Es cierto, si, que el control técnico es muy superior: niños de 4 ó 5 años usando móviles, jóvenes programadores de 12 ó 13 años, empresarios veinteañeros que consiguen rentabilizar sus páginas web o sus empresas; pero ya casi no se lee, no se sabe geografía, es preocupante (en España) el bajo nivel de conocimiento de otros idiomas, especialmente del inglés; y por supuesto el desconocimiento de la economía y la polítíca del país.
Cada vez más somos incapaces de ver a largo plazo las consecuencias de nuestras decisiones, vivimos el día a día sin pensar en que mañana también tendremos que levantarnos y asumir las cargas de nuestras acciones del dia anterior. No es posible plantearse un futuro salido por arte de magia, hay que ser conscientes de que el futuro lo creamos nosotros mismos.