haiku 1

Como están de moda los haikus, yo también me apunto.

Terca la lluvia
empeñándose en caer
al agua helada.

PALABRAS

Líbrame de las ataduras de las palabras y me perderé en el eterno laberinto de los significados.

mar de violencia, aire de violencia, tierra de violencia

Un tribunal de Nueva York absuelve a tres policías de matar a un joven negro · ELPAÍS.com

Hablando de violencia, tenemos un claro ejemplo de autodefensa. Viendo en peligro sus vidas tres policias no tuvieron más remedio que emplear sus armas reglamentarias hasta disparar un total de 50 proyectiles contra tres peligrosísimos ciudadanos de color. No estoy al tanto de lo que cuesta una bala, ni dee que capacidad tenían los cargadores utilizados, pero me sale una media de 16 balas por policía... ...para sólo matar a uno de los tres "sospechosos". ¿Que tipo de prácticas ha realizado alguien que necesita disparar 16 veces para matar a alguien? ¿Si les descontasen las balas del sueldo, dispararían mejor?
Hay violencia para dar y vender, se institucionaliza, se politiza,se traspasa del ambito privado al público y viceversa, está en el cine, en el deporte, en los medios de comunicación, en las sectas religiosas o no, en los colegios, en la calle, al volante, en el trabajo, en casa. La heredamos y la traspasamos. ¿Herencia? ¿Sociedad?¿Cómo se para?¿Quién serça elprimero en tirar la piedra de la no-violencia?

MI MESA COJEA: ODA A INOCENCIA GALPARSORO, ALCALDESA DE MONDRAGÓN

Genial alegato contra la apología de la violencia. Realmente no tengo palabras para mejorarlo, Me callo.

Inocencia, Inocencia,
Toda tú eres flatulencia.
Eres fea y asquerosa,
Pero tienes coherencia.

No condeno, dices seria,
La muerte de españoles.
Son bajitos y peludos,
Los vascos somos mejores.

Con tu pelo de abertzale
Y tus palabras de amosal,
Cada vez que abres la boca,
la paz se aleja un poco más.

Eres la bomba en mis bajos,
El cóctel de mi cajero.
Eres mi faro en la noche,
La musa de mi picadero.

Mi impuesto revolucionario
Lleva gotas de alhelí
Para que cuando te llegue,
de noche, te acuerdes de mí.

Y si algún día, Inocencia,
me pegan un tiro en la nuca,
no condenes, sé tú misma,
grandísima hija de puta.

Por Jose A. Pérez