FISICA DE ANDAR POR CASA

Como ayer tuve que viajar en avión (estoy en Barcelona) me acorde de una anécdota de la época en la que estaba en el instituto.El caso es que no se a que vino a cuento, pero estábamos un grupo de chavales del instituto de entre 16 y 18 años hablando sobre los aviones y surgió en la conversación el tema de adonde van a parar los restos depositados en los inodoros de los aviones. En éstas, el enterado de turno salto con la idea de que no había contenedores para los depósitos, y que las deposiciones salían directamente al aire. No obstante no había motivo de preocupación para la gente que paseaba tranquilamente ya que , según él , debido a la altura a que volaban los aviones la fricción(o vete a saber qué) hacía que los restos se desintegrasen.
Así que: si veís pasar un avión, no mireis hacia arriba por si acaso.
Seguro que el físico en ciernes estará en algún cargo de responsabilidad de alguna empresa consecuencia de sus geniales teorías. O quizá en algún puesto público y tengais la suerte de encontraros con él.

LA BUSQUEDA DEL TIEMPO

Normalmente empleamos mucho tiempo de nuestras vidas en conseguir el mayor bienestar posible. !Para algo estamos inmersos en la cultura del bienestar! A menudo perseguimos un status que dista mucho de hacernos felices. A trompicones, a codazos, nos abrimos paso en la jungla laboral para conseguir un trabajo mejor remunerado, sin importar, casi siempre, a quien dejamos atras. Llenamos nuestra agenda de actividades, estudios, cursos, viajes... Cuando lo realmente valioso es el tiempo: el momento de escribir este post no va a volver a pasar y yo he decidido malgastarlo escribiendo cuatro palabras vacias que probablemente no va a leer casi nadie. Pero aún con ese funesto presagio, lo verdaderamente importante es que para mi sí significa algo. Y es exactamente eso lo que debemos justificar: nuestro propio tiempo y nuestra propia intención.
La busqueda del tiempo perdido ya no es posible, pero si que podemos aprovechar al máximo el tiempo que nos queda por venir. Y en ese tiempo debemos ser consecuentes con nosotros mismos, como si estuviesemos solos en el mundo.

fronteras de la eurocopa

En mitad de la fiebre eurocopera, me viene a la cabeza la cuestión de la inmigración. Parece que nadie se queja de la afluencia de extranjeros en sus equipos de futbol: Senna en España, Hakin en Suiza, Aurelio en Turquia, Gómez en Alemania...
Sin embargo, si los que vienen a nuestro país son unos desconocidos, resulta que vienen a quitarnos nuestro trabajos, a conseguir sanidad gratis, a cobrar el paro...
Lo irónico es que la gente se sienta tan perteneciente a un lugar sólo por el hecho de haber nacido en él. Aúnque jamás haya hecho nada por levantar la economía, la sociedad de ese lugar.
Como decía Borges: yo no me siento de aquí, no tengo nada en común con los nativos americanos.
Yo me pregunto: ¿Qué tengo yo en común con los españoles de hace 500 años? La mayoría trabajaba en el campo, yo no. La mayoría eran religiosos, yo no. La mayoría discriminaba a las mujeres, los moros, los negros..., yo no. De hecho creo que no tengo mucho en común con la mayoría de los españoles de hoy en día.
Si desapareciesen las fronteras quizá desaparecería el futbol, pero es posible que las diferencias nos uniesen en lugar de separarnos.