martes, 8 de julio de 2008

PALABRAS

En ocasiones uso palabras que no son mías. Palabras que he oido, que he leido, que han caido en mis manos, que he recogido del suelo; algunas casi olvidadas, otras recien nacidas; pero no son mías. De algunas- la mayoría- no se su procedencia, de otras ni siquiera se que significan; no importa: las uso igual. A veces, no las pienso, salen catapultadas de mi boca antes de que tenga tiempo de meditarlas; luego me arrepiento, pero ya es tarde. De vez en cuando forman se transforman en algo bonito, blando, donde mis oyentes pueden tirarse sin miedo a hacerse daño, son como una nube, como un colchón de espuma. De tanto en tanto son dagas o puñales que se clavan en lugares a los que físicamente no llego.
Hace mucho que aprendí la mayoría de ellas, pero aún no entiendo muy bien que significa aprender. Sus significados van creciendo conmigo, pero no morirán conmigo. Hoy representan una idea, mañana ya no será igual. Así como nosotros vamos cambiando, ellas también fluyen y nos acompañan en este viaje incierto que es la vida.