fronteras de la eurocopa

En mitad de la fiebre eurocopera, me viene a la cabeza la cuestión de la inmigración. Parece que nadie se queja de la afluencia de extranjeros en sus equipos de futbol: Senna en España, Hakin en Suiza, Aurelio en Turquia, Gómez en Alemania...
Sin embargo, si los que vienen a nuestro país son unos desconocidos, resulta que vienen a quitarnos nuestro trabajos, a conseguir sanidad gratis, a cobrar el paro...
Lo irónico es que la gente se sienta tan perteneciente a un lugar sólo por el hecho de haber nacido en él. Aúnque jamás haya hecho nada por levantar la economía, la sociedad de ese lugar.
Como decía Borges: yo no me siento de aquí, no tengo nada en común con los nativos americanos.
Yo me pregunto: ¿Qué tengo yo en común con los españoles de hace 500 años? La mayoría trabajaba en el campo, yo no. La mayoría eran religiosos, yo no. La mayoría discriminaba a las mujeres, los moros, los negros..., yo no. De hecho creo que no tengo mucho en común con la mayoría de los españoles de hoy en día.
Si desapareciesen las fronteras quizá desaparecería el futbol, pero es posible que las diferencias nos uniesen en lugar de separarnos.