sábado, 14 de junio de 2008

CARTA ABIERTA A MARIANNE MICO

Estimada señora (o señorita) Mico, no dudo de que usted en su casa sea absolutamente imparcial en todo lo que hace, es decir a la hora de elegir una vajilla no se decantará por la que más le gusta, sino que recurrirá a decisiones de personas ajenas a su ámbito para que le ayuden a efectuar la compra. A la hora de ver una película, espero que vea no sólo las que le gusten sino también las que no sean de su agrado, pues de otra manera demostraría parcialidad. La decisión de elegir la profesión que ejerce fue meditada por usted o efectuó un referendum en su barrio para que le dijesen cual sería la más adecuada para su futuro. ¿Quien decide la ropa que se pone todos los días? ¿Acaso tira una moneda? Si sale cara, pantalones; si sale cruz, falda.
Me temo que toda nuestra vida se basa en decisiones, y esas decisiones, señora mia, son parciales. De ninguna manera pueden ser imparciales, porque de esas decisiones depende nuestro futuro. La libertad consiste en que mis decisiones no afecten a la libertad de los demas. Mientras yo cumpla las leyes, de momento, soy libre de expresarme como mejor me parezca. Y ese como mejor me parezca se basa en parcialidades.
Mi blog es mi casa. De hecho, más privado que mi casa, puesto que en mi casa somos cinco que tenemos que convivir y llegar a determinados acuerdos, en cambio en mi blog, yo pongo absolutamente las normas; y al que no le guste, con no entrar tiene bastante.
Así que, como yo no me meto en su casa, no se meta usted en la mía.

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