miércoles, 13 de febrero de 2008

LA FAMILIA

Se está hablando mucho de que la familia está desapareciendo, y que eso conlleva una degradación del estado de la sociedad. Es verdad que las familias de hoy en día no están
en consonancia con las familias de hace 20 ó 30 años, pero eso no significa que las familas
tradicionales (un padre, una madre y varios hijos) tengan un mayor nivel de continuidad que las familias de homosexuales, lesbianas o monoparentales voluntarias. Es mas, yo conozco algunas
que deberían replantearse la relación en la que están inmersos antes de destruirse mutuamente
o salir en las noticias como una estadística más del maltrato doméstico. Por otra parte también conozco alguna relación no tradicional que no sólo tienen una armonia envidiable para la mayoría
de las parejas, sinó que se desviven por otras personas, aguantando el sabor amargo que deja el desprecion de las miradas, las risitas, los gestos, los malos entendidos...
Personalmente estoy contento con mi familia: mi mujer, mis dos hijos de cinco y tres años
y mi perra. A mí me gusta considerar a mi perra como parte de la familia y de hecho lo es.
Ella no nos proporciona dinero o comida o cosas materiales. Nosotros le damos un techo, un plato
(a veces dos), un ratito de juegos, un paseo al día, las vacunas y demas temas médicos, y un mimo de tanto en tanto. Ah, y un colchón para que duerma, que muchas veces no ha usado,
cambiándolo por la habitación de los niños, cuando eran más pequeños, o por la alfombra del comedor cuando me he quedado a dormir en él-
He hablado de todo lo que nosotros le damos a ella. De hecho los niños le han dado algo más:
la usaban de escalera cuando intentaban subirse al sofa, mi hija se subia a caballito, le han dado también unos cuantos tirones de orejas, pisotones...
Pero, ¿que nos ha dado ella? Alguno se pensará que ella no nos ha dado nada, pero nada más lejos de realidad. Ella nos acompaña sin juzgarnos, siempre está ahí esperándonos cuando llegamos a casa, no importa el humor que tengamos, ella sale moviendo la cola, contenta por vernos, y que conste que no finge (aunque ya ha demostrado que sí sabe fingir, pero eso es otra historia). Nos da protección; yo duermo en mi casa con toda la tranquilidad del mundo,
sabiendo que ella me va a avisar si sucede algo. En la calle esta vigilando a los niños, y pendiente de donde estoy en todo momento. Antes si salía mi mujer, iba con ella todo el ratoy yo dejaba de existir, seguramente presentía que ella era la más débil y no la perdía de vista. Nos da cariño,
besos, nos pone la pata encima para llamar nuestra atención.
Si el amor, la protección, el cariño y la compañía no son más importantes que un techo, un paseo y una comida al día es que no tengo las cosas nada claras.

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